Pedro Moral, carpintero de profesión y genio de la técnica en sus ratos libres, creó hace más de 35 años la escena de n monaguillo que recogía en su bandeja una moneda, tras deslizarse por una chimenea y la transportaba a través de unos raíles de madera y cables hasta otro, bien parecido, que agradecía su donativo.
Los monaguillos eran dos tallas de madera vestidas con retales; las casetas, de cartón y tablerillo y lo que provocaba el movimiento, un sistema combinado de contactos eléctricos y mecánicos entre piezas estudiadas y colocadas con una minuciosidad milimétricamente calculada.
Desde entonces la familia del belén fue incrementando sus miembros con escenas y figuras a cuál más original. Asimismo, se mudó de vivienda en varias ocasiones, se presentó a certámenes nacionales de los que siempre salió airoso hasta que en 1996 decidió descansar y tomarse unos años sabáticos.
El amanecer del reposo se produjo durante la primavera de 2001 aunque, lo cierto es que los vecinos de la localidad no se acaban de creer que este receso de cinco años estuviera dedicado al desahogo sino al fortalecimiento de su belleza, lo que queda patente tras contemplar la obra.
Actualmente el Belén Mecánico de Arenzana de Abajo significa para la localidad uno de sus símbolos más identificadores y conscientes de su valor artístico, todos sus habitantes se han volcado en la tarea de rehabilitación del mismo.
Si hubiera que resolver el enigma del belén con una fórmula matemática ésta sería, arte por ingenio elevado a la máxima potencia, porque si bien es cierto que la contemplación de sus movimientos mecánicos resulta un experiencia inolvidable, el privilegio de acceder a las entrañas del aparato y deducir cómo son producidos resulta casi más apasionante.
Ubicación
El Belén Mecánico de Arenzana de Abajo constituye una de las obras de arte más emblemáticas del patrimonio riojano.
Su ubicación ha sufrido diversos avatares a lo largo de su historia. Inicialmente se colocó en la iglesia de la localidad, posteriormente fue trasladado a la casa parroquial, donde permaneció a mayor parte del tiempo y su último emplazamiento había sido el taller de carpintería del propio autor.
Finalmente, desde enero de 2001, comenzó a fraguarse la idea de ubicarlo definitivamente en el coro alto de su vivienda originaria. Así, en la actualidad se encuentra ubicado en La Iglesia.
Datos técnicos
El belén ocupa una superficie de cincuenta metros cuadrados y su estructura es de madera. Las figuras son, en su mayor parte, tallas de maderas ataviadas con retales artesanos y los decorados, de tablerillo, corcho, escayola y hojalata.
La composición la forman dieciocho escenas que poseen una historia propia, es decir, además de la representación de la crónica bíblica, se encuentran insertados varios motivos gremiales como los carpinteros, los leñadores, los afiladores, etc.
La decoración cuenta con las réplicas de dos construcciones de la localidad, la iglesia y la ermita.
El sistema de funcionamiento es mecánico y está basado en engranajes y transmisiones de movimientos, asimismo los motores que producen la energía proceden de ventiladores, tocadiscos y limpiaparabrisas antiguos.